martes, 29 de noviembre de 2011

EL SUEÑO DE BRAHMA


 Invierno. La noche prolonga su sereno manto sobre el perezoso paisaje dormido y el amanecer resulta herido con la trémula luz que llama a un nuevo día. Cuerpos dolientes escupiendo almas fragmentadas en cada exhalación matutina. Marmoreos rostros de afiladas quijadas y perdidas miradas.
 El viento trae consigo nuevos cantares de tierras lejanas.Sueños de aquí y de allá crepitan entre las ramas de los arboles. 
Sueños. Etéreos nómadas sin aliento. Formados de vaporosos recuerdos que acaban sus días en rincones yermos de nuestra frágil memoria.
A mi, pobre pelele del sueño de Brahma, no me queda otra cosa que coger mi cámara de fotos para revelar siempre la misma imagen desenfocada, la silueta de un cuerpo flotando sobre una constelación de almas que gritan por despertar del mismo sueño recurrente. El sueño de Brahma.

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