Una digna dama de cierta edad se acercó a mi mesa y se presentó. Enseñaba literatura inglesa y traía con ella a una de sus pupilas, una bola de manteca llamada Nancy Freeze. Nancy parecía estar pasando calor. Querían saber si yo accedería a responder a unas preguntas para la clase.
- Disparen.
-¿Quién es su autor favorito?
-Fante.
-¿Quién?
-John F-a-n-t-e. Pregunta al polvo, Espera a la primavera, Bandini.
-¿Por qué le gusta?.
-Emoción total. Un hombre muy bravo.
¿Quién más?.
-Céline.
-¿Por qué?.
-Le rajaron las tripas y se rió, y les hizo reír también. Un hombre muy bravo.
-¿Cree usted en la bravura?.
-Me gusta verla donde sea, en animales, pájaros, reptiles, humanos.
-¿Por qué?
-¿Por qué? Me hace sentir bien. Es una cuestión de estilo frente a algo sin arreglo.
-¿Hemingway?
-No.
-¿Por qué?
-Demasiada basura, demasiada seriedad. Un buen escritor, finas sentencias. Pero para él la vida era siempre una guerra total. Nunca se dejaba, nunca bailaba.
Cerraron sus cuadernillos y se fueron. Demasiado mal. Tenía que haberles dicho que mis verdaderas influencias eran Gable, Cagney, Bogart y Errol Flynn.
Charles Bukowski
Mujeres
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