LUGARES DE PECADO Y CONFESIÓN
Paseo por Madrid y entro en garitos donde he pasado horas de charla, de risas entremezcladas con furtivas miradas sin dueño, de cantos de sirena arrastrados a una playa y palabras ahogadas entre los acordes de viejos maestros de jazz mientras el ron quemaba mi seca garganta.
Bares, santos lugares de pecado y confesión .
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