A veces, cuando menos lo espero, veo una escena que ya había visto antes en una fotografía de Kertesz, Lartigue o Sander. Y aunque a veces dudo, hago la foto como una forma de quitarme el sombrero ante un maestro.
Más de cien mil negativos de una fotógrafa anónima eclosiona el mundo del arte.Así podría titularse la noticia de este súbito hallazgo. Los negativos fueron adquiridos en subasta por un joven de Estados Unidos a un precio ridículo. Por cierto, la fotógrafa se llamaba Vivian Maier, una niñera de origen francés afincada en Chicago y cuyo trabajo nunca había enseñado en público. Su obra es sublime, digna de los mejores maestros de la fotografía del siglo XX.
Pincha aquí para ver sus fotografías y la historia de este hallazgo:
Una hoja en blanco es el preludio de un naufragio, de un presente sin pasado, de un futuro vacío y extraño, remoto. Una hoja en blanco es una estepa donde sopla el gélido viento de la ausencia, de la soledad y del olvido.
En un diario, el blanco fondo sustenta los desperdigados fragmentos de una colisión , de negras palabras vomitadas sobre el papel bajo el ardor del deseo, de la frustración, del amor...