lunes, 6 de septiembre de 2010

EL ENTERRADOR

Papa solía morirse dos veces al día, una antes de la comida y la otra poco antes de la cena, pues mi papa siempre decía que el morir da mucha hambre. Debía ser cierto, a tenor de como mi papa devoraba el plato de comida que mama le ponía en la mesa. Yo me quedaba absorto, mirando su gesto ausente y su tez ajada y pálida como el blanco de la pared.
Un día, en la escuela, la profesora nos preguntó a que se dedicaban nuestros papas. Tras barajar las opciones y sin conocer con exactitud sus ocupaciones luctuosas, respondí: mi papa, señorita, es un superviviente...

2 comentarios:

  1. yo como tu padre tambien intento ser un superviviente de cada dia ....
    como te va por madrid , por aki te echamos de menos en las madrugadas portugalujas ....

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  2. Eppaaaaaaa!!!!

    Si, yo tambien hecho de menos las noches de Portugalete... y sus madrugadas.
    Pronto estaré por allí, dando la lata.

    On the road again...

    Un abrazo y gracias x seguir el blog ;)

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